Quizás por ser sábado a la tarde, el puerto estaba vacío. Unos pocos barcos se mecian vagamente sobre sus propias manchas flotantes de aceite.
Alexander vio una joven figura mirando el horizonte. Femenina, de unos 23, 24 años de edad. Alexander se acercó despacio. Apreció cada detalle en las curvas de la señorita. Cuando la mujer volteó Alexander se enfrentó a los ojos más bellos que jamás había visto. Un turquesa penetrante invadió sus pupilas aquel quieto día. El encuentro de miradas duro un par de segundos pero en posteriores sueños esos ojos volverían, una y otra vez.
La mujer bajó la mirada. Alexander la sostuvo emulando la tranquilidad que le producia la quietud de la tade. Una tarde estática que se habia propagado por la ciudad. La brisa cálida rodó desde el cabello hasta la cintura de la mujer. El vestido blanco se le mecía y agitaba su pañuelo celeste. Alexander pensó muchas cosas mientras las anclas golpeaban una y otra vez con las oxidadas cadenas debajo del mar.
Alexander camino hacia la muchacha, le sobresaltó asi mismo la reverberación de sus zapatos sobre la humedecida madera del muelle.
La mujer no volteo, quizás avergonzada, quizás inquieta.
Él la miró con una extraña sensación de belleza, como si mirase una obra de arte de una galeria.
Las curvas de su cintura jugaban sensualmente con el vestido. Alexander hizó cinco pasos pensando en los ojos que aquella joven le habia permitido ver.
La mujer no volteo, quizás avergonzada, quizás inquieta.
Él la miró con una extraña sensación de belleza, como si mirase una obra de arte de una galeria.
Las curvas de su cintura jugaban sensualmente con el vestido. Alexander hizó cinco pasos pensando en los ojos que aquella joven le habia permitido ver.
Cuando le tocó el hombro la joven volteo tímidamente, sonrojada a causa del viento que levantaba su pollera.
A_ Es una hermosa tarde para contemplar el mar.
J_ Es verdad. –dijo ella casi repitiendo, sin voltear.
El mar suspiró.
A_ Quizás no entienda mucho de moda, pero su pañuelo, sus ojos y el mar hacen juego.
Dijo Alexander con una sonrisa seductora.
Dijo Alexander con una sonrisa seductora.
La mujer sonrío tímidamente pero no respondió. Le parecía un comentario por demás cursi.
A_ ¿Me permitiría ver su pañuelo?
La mujer miró confundida.
Otra vez esos ojos, cada pequeño destello de luz hacia única su mirada.
Sonriente Alexander le extendia su mano. La joven se quitó el celeste pañuelo y se lo dio en la mano. Su pelo bailo con el viento en aquel momento.
Alexander lo acarició mientras sacaba un diminuto frasco de su abrigo.
Otra vez esos ojos, cada pequeño destello de luz hacia única su mirada.
Sonriente Alexander le extendia su mano. La joven se quitó el celeste pañuelo y se lo dio en la mano. Su pelo bailo con el viento en aquel momento.
Alexander lo acarició mientras sacaba un diminuto frasco de su abrigo.
A_ Es sencillamente hermoso, Érica.
Las pupilas de la mujer se dilataron rápidamente. Quiso decir algo pero de su boca no salió palabra.
A_ ¿te gusta el mar verdad?
E_ Si.
La joven parecía atontada, Alexander comenzó a mojar el pañuelo con el contenido de una pequeña botellita de vidrio.
A_ Cuenta una vieja leyenda que si te duermes en el mar amaneces siendo sirena.
Por un momento el mar entero pareció callar. Todos sus ecosistemas guardaron silencio.
A_Que descanses Érica.
Y sin apenas forcejar el pañuelo le beso la nariz. El desvanecimiento fue lento, como si se tratase de un film donde todo sucede en cámara lenta. Y fué así como su pañuelo celeste continuo flotando en el agua al hundirse el cuerpo con la perpetua ilusión de transformarse en sirena.
19 comentarios:
sería la más hermosa de las sirenas, fue el último pensamiento de Baldwing antes de regresar tranquilamente a su casa...
Dos mundos que se encuentran. Star-crossed lovers. Receta infalible para el romance.
Ays poeta, caballero, me he dedicado por completo a leerlo y dejarme llevar por suspiros de mar de aromas, dibujando en la mente, el momento del pañuelo, del beso y d eesos ojos que miraban con asombro, pues aqui estoy gustosamente maravillada al leerte, gracias por compartirlo, gracias por hacernos soñar con tus escritos.
Cálidos saludos desde aquí no tan lejos en las letras.
Me quedo con la continuación de Margot.
Es evidente que ni por un momento Alexander ha pensado que su accion esta mal.
Un relato que me ha llevado hasta la sorpresa final de un tiron.
Alexander nunca dudaba. A este tipo, de mirada clara, nunca le temblaba la mano. Había nacido para ser lo que era y se debía a su profesión.
Excelente relato Sr. Baldwing, lo deja a uno con la necesidad de llegar al final, bajo pena de quedarse encerrado en el cuento.
Un saludos grande!
A menudo es el deseo final, y allá, en la profundidad es dónde mejor se está, lejos de los infiernos, limbos y purgatorios de Dante....
Abrazos....
Me gusta Alexander y su forma de ver las cosas, de actuar. No hay muchos Alexander en el mundo, o al menos yo aún no los he visto. Tendré que fijarme mejor a partir de ahora, quién sabe lo que encuentro.
Un saludo, te sigo :)
Mágico, eres mágico y yo estoy hechizada.
Bisous hipnóticos.
Me atrapó este sutíl relato, de sueños y sirenas.
Un abrazo.
me encantó este encuentro, como lo describiste tan delicadamente... el mar, tan misterioso, la mujer buscando ser sirena... ahora sólo nos queda escuchar su canto..
Me traes admirada con tus pots, dejan ganas de continuar leyéndote.
Eso es excelente.
Esencialmente porque soy amiga de los silencios largos y la no abundancia de palabras. Ya lo descubriste en mi blog.
Gracias por permitirme encontrarte.
Alicia
¡Gracias por pasar mi blog y por su gran halago!
No vale.
Esto es magia.
Si yo fuera mago también escribiría así.
Muy, muy, muy bueno.
Saludos.
Me encantó tu relato.
No me esperaba el
srprendente final.
Besos.
Como dice Toro, es magia de verdad...
Puedo decir que es implemente maravilloso???
Asi lo senti y asi espero seguir sintiendo cada vez que regrese a leerte!!!
Transmitir es lo mas importante de un blog, y este, el tuyo, lo hace con gran calidad y dulzura!!!
Besos cielo y gracias !!!
SI... sabes aparece esa notificación que no me dejaba entrar... pero ya desapareció al menos por ahora!!!
Buen fin de semana!!!
Tengo especial predilección por los relatos a ras del mar, en mis oídos enseguida resuenan el vaivén de sus olas y ese olor a mar que sacia los sentidos mas profundos, como ser sirena de sus increíbles azules a cámara lenta y en perpetua comunión con la genialidad, guardaran silencio pero su belleza domina la perfección...
Abrazzzusss
Agradecido por tus felicitaciones y nada mas lejos de la realidad, no llegaste tarde...
Texto mágico pero me espero a Margot.
buen fin de semana
besos
Marina
aveces todos hacemos que hacemos, la realidad es que creemos hacer, y hasta ahí llega todo.
Gracias por la buena onda Riut.
Hasta loigo, Mait
Muchas gracias por todos los comentarios. Poco a poco Alexander Ruit se vuelve tan importante en la historia como su hijo Baldwing.
Es una tristeza.
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