Crack....Crack....Crack.... Era una mala pregunta para hacerle a un marido infiel. No, no por su condición de infiel.
Crack.....Crack....Crack.... Y un silencio avenia a la situación real. Un silencio de ultratumba. En la otra esquina de la habitación Margot sonreía ante la pregunta de la ingenua esposa.
_¿Cómo crees que suenan los huesos a partirce?
Alexander la miró con la cara que pondría un cirujano si alguién le preguntase ¿De que lado está el corazón?
_ Los huesos al partirce suenan crack, crack, crack. -dijo jugando con sus dedos sobre un cuello imagínario-
_ ¿Cómo el crinch de un cristal cuando se rompe?
_ No, sólo Crack. Y luego de cierto tiempo y dependiendo donde presiones, también puedes pararle el corazón a alguien.
Alexander sonrió ante la ingeniudad de la esposa.
Crack.....Crack....Crack.... Y un silencio avenia a la situación real. Un silencio de ultratumba. En la otra esquina de la habitación Margot sonreía ante la pregunta de la ingenua esposa.
_¿Cómo crees que suenan los huesos a partirce?
Alexander la miró con la cara que pondría un cirujano si alguién le preguntase ¿De que lado está el corazón?
_ Los huesos al partirce suenan crack, crack, crack. -dijo jugando con sus dedos sobre un cuello imagínario-
_ ¿Cómo el crinch de un cristal cuando se rompe?
_ No, sólo Crack. Y luego de cierto tiempo y dependiendo donde presiones, también puedes pararle el corazón a alguien.
Alexander sonrió ante la ingeniudad de la esposa.